"Está mal. Porque estás recibiendo plata de los socios, y los actores es una miseria lo que cobran. Y además es desleal. Hacé una cosa muy sencilla, agarrá los edificios con los obreros del SUNCA adentro y deciles: ‘Chiquilines, ¿cuánto cobran la hora? ¿Quinientos pesos? Ta, vamos a ponerla a ciento cincuenta' ¿Sabés lo que hacen los del SUNCA, que son unos cracks en ese sentido?Vienen con un hierro y te rompen la cabeza, literal.No, en el teatro vienen y te avisan que bajaron la entrada.¿Cómo vas a bajar la entrada? ‘Sí, porque así viene más gente.' Y claro, en el fondo lo que importaba era salvar el presupuesto del teatro El Galpón. Pero tenés que involucrar a todos, para no quedar pegado. Es un gran negocio. Libros, fútbol, básquetbol, cine, ocho teatros. Pará un poquito. ¿Cuánto le toca a cada uno? La Comedia Nacional también era gratis. ¿Y esto? ¿Cómo dividís trescientos pesos entre veinticinco tipos? Hacé la cuenta y decime", respondió a la pregunta de Leonardo Flamia y Alfredo García.
Estas declaraciones le valieron una declaración de persona no grata por parte del teatro El Galpón, según revela una nota de Leonardo Haberkorn para El Observador.
A causa de ello, no pudo ingresar a un ensayo de la obra Le prénom, del que debía participar en esa sala.
El galpón son todos comunista
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