“La radio es una instalación pública que atiende al público, que está autorizada por el Gobierno y está regulada por leyes particulares. Por tanto, no se trata de luchar contra la delincuencia, se trata de la decencia y las normas”, aseguró Morgan.
La prohibición de la Comisión de Radiodifusión, por la que los artistas jamaiquinos han expresado su preocupación, incluye el contenido transmitido a través de la radio, la televisión o los servicios de cable de cualquier grabación de audio o video, canción en directo o discurso que promueva y glorifique actividades ilícitas como la estafa, el abuso de drogas y el uso ilegal o perjudicial de armas.
Por su parte, el director ejecutivo del organismo de Radiodifusión, Cordel Green, dijo que la prohibición era el producto final de un amplio proceso que incluía la supervisión centrada, la decodificación del dialecto de la subcultura y la jerga urbana, las deliberaciones sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la protección contra el daño que estas puedan generar.
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