martes, 17 de diciembre de 2024

¿Por qué Uruguay es un país caro? por Cesar Sposito

Uruguay se enfrenta a un problema estructural: somos un país caro porque cargamos con un Estado enorme, ineficiente e injusto que no solo frena el crecimiento, sino que perpetúa desigualdades. Este "Estado elefantiásico" se sostiene mediante una red de impuestos desproporcionados y mal gestionados. Cada gobierno, lejos de reducir el tamaño del Estado, lo incrementa, creando una estructura insostenible. 

Un número creciente de ciudadanos trabaja en sectores públicos que no generan riqueza, aumentando la carga sobre quienes sí la producen. El país carga con una estructura estatal que a mi entender debería ser la mitad de su tamaño actual, si consideramos nuestra población de apenas 3,5 millones.
Todo lo que excede esto es lastre. El aumento del IVA, empaquetado en un nombre diferente (IVA Diferenciado), no es más que un intento de financiar este aparato estatal. Pero más impuestos significan más costos para empresas y consumidores, lo que hace a Uruguay un país menos competitivo. Con las medidas que el próximo gobierno está analizando implementar el panorama parecería ser el siguiente: - ¿Quienes pierden? Los mismos de siempre, sobre toda clase media y media baja. - ¿Quienes ganan? Los políticos que pasen lo que pase van a cobrar sus sueldos y se los aumentan lo que sea necesario. - ¿A quién no les mueve la aguja?

 A los ricos. - ¿Pero sobre todo que se pierde? Inversión, y por ende capitales, trabajo y crecimiento. 

Por otro lado, Uruguay tiene demasiados políticos, que además de ser costosos, muchos son ineficientes. 




A esto se suma el problema de sus privilegios y beneficios, que son incompatibles con la realidad del ciudadano promedio. Si, como se dice, "los políticos son nuestros empleados", ¿por qué funcionan como una élite (la "nueva nobleza")?, algo no está funcionando bien con el sistema... 

Cada vez que se suben impuestos para financiar al Estado, el país se vuelve menos atractivo para invertir y producir, y eso impacta directamente en el empleo y el desarrollo económico. De seguir por este camino, en 5 años Uruguay será un país más caro, más inseguro y más empobrecido. Mientras tanto, los políticos continuarán acumulando privilegios y manteniendo su posición. 

La solución pasa por un cambio estructural profundo: reducir el tamaño del Estado, eliminar privilegios injustificados y bajar impuestos para estimular la inversión y el crecimiento económico. Sin esto, seguiremos en un círculo vicioso que no beneficia a nadie, salvo a una minoría desconectada del día a día de los uruguayos.

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