Y, según comentó, en Bizerba buscaba a alguien con su perfil. «Hoy, mi trabajo es, si un cliente a lo largo de toda Europa tiene un problema con uno de nuestros equipos en algún país y nuestros ingenieros en ese lugar no lo pueden solucionar, se contactan conmigo para encontrar la solución. También si el cliente quiere implementar nuevas tecnologías o tiene la necesidad de desarrollar alguna novedad, ya sea en software o hardware, estoy de principio a fin y en la coordinación, para implementarla en todas las tiendas del cliente en los países donde esté», comentó a El Empresario desde Alemania.
Bizerba, multinacional alemana con 150 años de historia y tiene una facturación de unos 800 millones de euros. Tiene más de 4.800 empleados y oficinas en casi todo el planeta (hace un año abrió en Uruguay). Sus clientes son fabricantes de alimentación y cadenas de supermercados, algunas de las más importantes a nivel mundial.
Cuando Vega se presentó al puesto, lo hizo porque se sentía apto. Pero cuando vivía en Uruguay no soñaba con llegar a Europa. De hecho, ni siquiera se veía fuera de su barrio natal.
Vega nació en Santa Catalina, en la periferia de Montevideo, y por su contexto llegó a pensar que no saldría de ahí: durante su niñez creció sin agua ni luz en su hogar.
Su madre, empleada doméstica, insistió en que estudiara.
Fue a la escuela Santa Clara del Cerro y luego al liceo San José de la Misericordia en Paso Molino. Luego estudió electrónica en el Instituto Tecnológico Superior Arias Balparda y también informática en el Círculo informático, donde se pasaba el día entero practicando en otras computadoras. Mientras estudiaba, comenzó a trabajar reparando y programando equipos en una empresa que importaba cajas registradoras, balanzas electrónicas y otros equipamientos de comercios.
Hasta que, con 23 años, decidió que su futuro estaba fuera del país y optó por España.
Hasta ese momento, nunca había tomado vacaciones. Es más, lo máximo que estuvo fuera de su casa fue cuatro días, aseguró.
«Me fui a España, solo, sin familia y sin dinero, a vivir y trabajar o buscarme la vida.
Era la primera vez que salía del país y lejos de mi familia. Luego de trabajar años en diferentes empresas en ese país, siempre en temas de software y balanzas electrónicas, un día conocí a mi mujer, que es de Alemania, y empecé a estudiar alemán con la intención de venir a este país», recordó.
Una vez ahí, consiguió trabajo en una multinacional japonesa, competencia a nivel mundial de Bizerba, y este año, finalmente logró ingresar a la multinacional alemana.
Vega asegura que, una de las claves de su éxito en Europa, fue su capacidad de adaptarse a cualquier situación.
«Somos de una cultura bastante similar a la europea, pero los uruguayos nos adaptamos muy bien a todo. Viví en España (Madrid y Valencia), en Alemania (Köln y cerca de Stuttgart) y siempre me he adaptado al lugar, la gente, las costumbres y eso ayuda mucho», reflexionó.
Hoy vive con su pareja y un hijo de 10 meses en una ciudad donde el invierno «es complicado», con días de -15 grados y nieve.
Generalmente, su rutina comienza 5:30 para estar a las 6:00 en el gimnasio y luego ir a la oficina o trabajar desde su casa.
En Alemania no tiene contacto con uruguayos, pero en España, donde además reside su hermano, sí, por lo que cada vez que viaja a ese país, busca la oportunidad de reunirse con su familia y otros compatriotas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario