Hasta que vieron la oportunidad de quedarse a vivir en Chile tras su participación en los Juegos Panamericanos de Santiago.
No solo estaban cansadas de las penurias económicas por las que tienen que pasar en Cuba. También estaban exhaustas de no poder tomar decisiones sobre sus propias vidas.
Escapar no sería fácil porque las deportistas de la delegación de hockey sobre césped entraron a Chile como parte de una delegación oficial cubana y tan pronto cruzaron migración, sus pasaportes quedaron retenidos por miembros de su equipo.
Y, como suele ocurrir con todas las delegaciones cubanas que participan en eventos deportivos internacionales, estaban vigiladas.
Sólo tenían un espacio de 15 minutos para fugarse del lugar donde se hospedaban.
Era el sábado 4 de noviembre y la delegación partía de regreso a Cuba al día siguiente por la mañana. Si no aprovechaban ese único momento, perderían la oportunidad que habían estado anhelando desde hace mucho tiempo.
Tenían miedo, pero se armaron de valor y antes de pensarlo dos veces, salieron corriendo.
En el momento del escape, uno de los profesores salió del edificio y tuvieron que esconderse rápidamente, relató Yunia Milanés a la estación televisiva local, Canal 13.
Pero lo lograron.
Hoy, Lismari González, Geidy Morales y Yunia Milanés, quieren comenzar una nueva vida en el país sudamericano.
"Tomamos la decisión correcta y sí, nos sentimos libres. Aparte del susto, sí nos sentimos libres", dijo la delantera de 28 años.
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