¿Qué pasó con las ganancias del ente, con la transferencia de utilidades al Estado, con las inversiones y más? El balance 2022 de la empresa tiene esas respuestas.
El año pasado, la compañía estatal cerró el ejercicio con una ganancia neta de US$ 246,1 millones, mientras que en 2021 habían sido US$ 247,6 millones, según el balance.
Es “un resultado extraordinario en el sentido de que junto con el de 2021 son los mejores resultados de la historia” y además se dio en “un año en que Antel había decidido no realizar ningún tipo de aumentos de tarifas” y “además se dio en el contexto del mayor marco de competencia” con el primer año pleno de aplicación de la portabilidad numérica, dijo el presidente del ente, Gabriel Gurméndez en diálogo con El País.
Para tener una idea de lo que implican las ganancias de 2022 y 2021, cabe recordar que en 2020 Antel había ganado US$ 179 millones, en 2019 US$ 149 millones, en 2018 US$ 163 millones, en 2017 US$ 129 millones y en 2016 US$ 61 millones.
En términos de margen operativo (los resultados operativos obtenidos con respecto a los ingresos, es decir la rentabilidad de la empresa) fue del 26% en 2022, frente al 31,3% en 2021. En 2020 el margen había sido de 22%, en 2019 estuvo en 15%, en 2018 en 16%, en 2017 en 13%, en 2016 en 4%, en 2015 en 7% y en 2014 había sido 0%.
Ingresos y gastos
¿Cómo llegó Antel a esos resultados? Los ingresos operativos aumentaron 4% en 2022 para totalizar US$ 985,2 millones. Esto se explicó porque “crece el número de clientes y el número de actividad” y los ingresos “lógicamente crecen por debajo de la inflación porque Antel no hizo ajustes de precio”, señaló Gurméndez.
El presidente del ente comentó que en cantidad de servicios móviles hubo un incremento de 5% respecto a 2021, en cantidad de servicios de datos fijos el aumento fue de 3% e “incluso en telefonía fija, crecimos un 2%”.
A su vez, el tráfico de datos en telefonía móvil aumentó 32% frente a 2021 y el tráfico de datos fijo subió 16%.
Los mayores ingresos “no fueron impulsados por el aumento de precios, sino al revés, los precios cayeron porque no se ajustaron nominalmente, porque las promociones fueron muy fuertes por la competencia en el año, y entonces vinieron por el lado de crecimiento de clientes, de tráfico y de ventas de aparatos celulares”, remarcó.
“El año pasado vendimos 377.000 aparatos celulares y fue el año de mayor venta de aparatos desde el 2015”, añadió.
¿Cómo se distribuyó la participación de los distintos rubros en la facturación de Antel?
En 2022 el 46% de los ingresos operativos provino de la telefonía móvil, el 41% de los servicios de datos, el 11% de la telefonía fija y pública y el 2% restantes de otros.
El último año previo a la pandemia de covid-19, el 2019, la telefonía móvil explicaba el 48%, los servicios de datos el 35%, la telefonía fija y pública el 15% y el rubro otros el 2%.
Del otro lado, los costos de los bienes vendidos y los servicios prestados aumentaron 19% en 2022 frente a 2021 y totalizaron US$ 440,8 millones.
A su vez, los gastos de administración y ventas crecieron 1% y totalizaron US$ 272,4 millones.
“Los gastos que más subieron fue precisamente la adquisición de aparatos celulares (para vender) y las comisiones por ventas (que cobran los funcionarios) asociados al crecimiento en las ventas de equipos”, indicó Gurméndez.
“También aumentaron los gastos por un importante esfuerzo de sustitución de los equipos routers en las casas de los clientes. Sustituimos casi 350.000 el año pasado”, agregó.
Precio promedio GIGA
Gurméndez enfatizó que el precio promedio del gigabyte (GB) cayó en términos constantes (descontado el efecto inflacionario). A precios de 2022, el precio promedio del gigabyte móvil convencional se ubicó en $ 27 en 2022, cuando había sido de $ 37 en 2021, $ 52 en 2020 y $ 77 en 2022.
A su vez, el tráfico promedio del gigabyte móvil convencional por usuario, aumentó, al llegar a 13 GB, frente a 10 GB en 2021, 7 GB en 2020, 4 GB en 2019, 3 GB en 2018, 2 GB en 2017 y 1 GB en 2016. Es decir, hubo un salto que se dio con la pandemia de covid-19 y sigue en crecimiento.
“Esta realidad de caída de tarifas y aumento de tráfico, tuvo un efecto muy relevante en lo que hemos dado en llamar la desaparición de la grieta digital en el Uruguay”, aseguró Gurméndez.
Citando datos de la consultora Radar que elaboró el Perfil del Internauta Uruguayo 2022, el presidente de Antel destacó que el porcentaje de personas de nivel socioeconómico bajo que declaran hacer uso de Internet es el mismo que el de personas de nivel socioeconómico alto.
Había una brecha que venía acortándose año a año y en 2022 se terminó.
“El acceso a Internet mejoró por un lado por la cobertura móvil, por otro lado por la mayor penetración de la fibra óptica y por último también se mejoró el acceso por las mejores condiciones (de precio)”, analizó Gurméndez.
Deuda y caja
En 2022
Antel terminó de pagar un préstamo del Instituto de Crédito Oficial de España de agosto de 1992 que era a 30 años de plazo, con 10 años de gracia por US$ 18,3 millones y con una tasa anual de 1,5%. A eso se sumó una reducción de la deuda pendiente (tras amortizar parte del capital) por un préstamo utilizado en la construcción del Antel Arena.
Así, el pasivo no corriente por préstamos del ente cayó 23,3% en 2022 frente a 2021 y totalizó US$ 29,7 millones.
“La salud financiera de Antel es muy buena. Se terminó el año con una caja, de activos líquidos de US$ 239 millones. Fue el mejor registro en los últimos nueve años. De alguna manera es el respaldo que tenemos para llevar adelante inversiones, para cumplir con las obligaciones”, concluyó Gurméndez.
Inversiones y aporte a Rentas Generales
En lo que refiere a las inversiones de Antel, en 2022 la ejecución del programa fue de US$ 156 millones, mientras que en 2021 había sido de US$ 164 millones, en 2020 de US$ 135 millones, en 2019 de US$ 136 millones, en 2018 de US$ 180 millones (con parte del Antel Arena). De cara a la ejecución de este año, Gurméndez indicó que se estima en US$ 151 millones, es decir, similar a la del año anterior.
Los US$ 156 millones invertidos en 2022, según el presidente de la compañía, “se reflejan, por ejemplo, en términos de fibra óptica. Las obras de fibra óptica en el Interior y en los barrios de Montevideo fue uno de los proyectos donde le pusimos más inversiones el año pasado y este (año será) también”.
“El año pasado tuvimos la mejor cifra de tendido de fibra óptica al hogar por año desde el 2015, con 1.914 kilómetros de tendido de fibra óptica”, añadió.
Por otra parte, en 2022 el aporte de Antel a Rentas Generales alcanzó a US$ 118 millones, el mayor de las últimas dos décadas (en 2017 y 2018 eran los máximos hasta ahora con US$ 115 millones en cada año).
En 2021 Antel había vertido a Rentas Generales US$ 78 millones, en 2020 US$ 73 millones y en 2019 US$ 108 millones.
“Es la contribución al accionista, como el pago de dividendos de Antel para contribuir a financiar los proyectos del Presupuesto, proyectos sociales del gobierno”, recordó Gurméndez.
“En términos comparativos, si uno ve el aporte de Rentas Generales respecto a los resultados del balance, el de 2022 es de los más bajos. Porque estamos teniendo un nivel de aporte similar al de 2017 y 2018 pero que en términos relativos al resultado económico es aproximadamente el 47%” (cuando en 2017 y 2018 era del 89% y del 70% respectivamente), resaltó el presidente de Antel.
Una nueva reducción en la plantilla laboral
Gurméndez destacó que hubo una nueva reducción en la plantilla de funcionarios y contratados de Antel. “No hemos llenado todas las vacantes que se van generando, lo que determinó que el año pasado tuvimos una reducción de la nómina neta del orden de las 285 personas” al comparar fin de 2021 con el cierre de 2022, expresó.
“En los últimos tres años, desde que se hizo cargo esta administración, la reducción de la plantilla de la nómina de personal ha sido de 960 vínculos laborales de distinta naturaleza. Los vínculos laborales pueden ser contratados, presupuestados becarios, pasantes”, agregó.
El País le preguntó si es sostenible seguir reduciendo la plantilla, cuando el negocio crece.
“Estaba sobredimensionada la plantilla, había habido anteriormente un crecimiento demasiado importante de la nómina y se producen fenómenos de cambios tecnológicos en la manera de ir atendiendo las necesidades de nuestros clientes”, respondió Gurméndez y agregó que “es evidente que no se puede seguir toda la vida con esa política. Hay segmentos de personal que el crecimiento requiere dotar la plantilla con los recursos necesarios, hay necesidades de nuevos perfiles con nuevas habilidades tecnológicas”.
“Es una política que hay que ir manejando a lo largo del tiempo en función de las necesidades reales de la plantilla, los cambios tecnológicos, la nueva manera de hacer las cosas. Para este año tenemos previsto ingresos en áreas donde consideramos que se debe mantener un nivel de plantilla, especialmente en lo que es la planta externa y algunos perfiles distintos”, concluyó.
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