El 1° de junio, la dueña del tambo y quesería artesanal La Faustina deberá abandonar el campo en el que vive en Rocha y trasladarse hacia otro lugar, que no tiene idea cuál será.
La fecha es la única certeza que tiene; el resto son preguntas sin respuestas y una desesperación que crece e impulsa esa sensación de ahogo que termina haciendo brotar las lágrimas de Brum.
“Es una agonía”, describió.
La productora y su esposo saben lo que es levantarse temprano, aguantar las tempestades, seguir el proceso de preñez del ganado, verlo parir y criar los terneros que luego les darán la leche para ganarse —como reza el dicho— el pan de cada día.
En 2017 fundaron La Faustina, tras instalarse en un predio rural de 80 hectáreas. Cinco años después, en marzo de 2022, un nuevo propietario compró el campo y les comunicó que no estaba en sus planes mantener el acuerdo con el organismo público, por lo que les dio hasta febrero para que se fueran.
Brum y su familia movieron cielo y tierra para lograr quedarse pero no pudieron. El dueño les comunicó que podía esperarlos hasta junio de este año como fecha límite.
Desde febrero hasta ahora, la familia no ha podido realizar ninguna inversión porque no sabe si en el corto plazo seguirá en el negocio de la lechería.
“Nos va bien, la gente nos pregunta cuándo pueden venir para llevarse quesos y conocer el lugar, pero no podemos dar respuesta porque no sabemos dónde vamos a estar en dos meses”, contó Brum en diálogo con Montevideo Portal.
Las charlas con Lacalle
Brum habló dos veces con el presidente Luis Lacalle Pou. En la primera, en 2022, el mandatario le aseguró que tenía en mente su caso y estaba al tanto de todos los expedientes que había emitido Colonización.
Le indicó, también, que ya había pedido que la situación se resolviera —es decir, que se le asignara otro campo— antes de diciembre.
En los hechos, diciembre pasó y Brum, junto con su familia, pudieron quedarse porque el nuevo propietario les extendió el tiempo de estadía. Sin rendirse, la productora fue al Festival de la Represa de India Muerta, al norte de Rocha, porque sabía que el presidente estaría allí.
Le informó sobre su situación y recordó que él le había “prometido” que en diciembre ya tendría una solución.
Lacalle respondió que tenía la información de que le habían dado más tiempo para quedarse.
“Me dijo que me quedara tranquila, pero decir ‘tranquila’ es muy fácil”, agregó Brum.
Si la escena fuera de una película, a Brum la perseguiría el tic-tac del reloj porque sabe que en la medida que pase el tiempo, su destino será salir a buscar trabajo a la ciudad y esto se hace cuesta arriba cuando alguien se crió y vive del campo.
“Es como una agonía”, repitió.
La productora contó que junto con su esposo no saben desempeñarse mucho más allá del rubro de la lechería, por lo que sería muy difícil encontrar una oportunidad laboral que sirviera de sustento económico para los tres.
La demanda que tiene La Faustina no es baja, sino que por el contrario suele tener las reservas colmadas y los quesos se venden a los pocos días de producidos. Pero esto, que para cualquiera que se dedique a un trabajo tan dinámico como la lechería sería un punto favorable, para Brum resulta paradójico y frustrante.
La razón es que al tener tanta incertidumbre, la productora debe planificar semana a semana, sin tener un esquema de trabajo para el resto del año. “Vienen de todos lados, nos felicitan y nos dicen ‘qué lindo que tienes esto’, pero me tengo que ir y no sé ni a dónde”, subrayó Brum.
La respuesta de Colonización
El Instituto de Colonización compró hace algunos meses un campo en el que están previstas alrededor de 100 hectáreas para que Brum instale su negocio con su familia. Sin embargo, ese sitio está ocupado por arrendatarios, quienes presentaron el reclamo formal ante el organismo para quedarse.
Julio Cardozo, presidente de Colonización, aseguró a Montevideo Portal que están trabajando en el caso de Brum y que en el último directorio —celebrado el pasado miércoles— se trató el tema. De acuerdo a la información que le ha trasladado Jurídica a Cardozo, en algunas semanas la situación legal se tendría que resolver a favor del instituto.
Una vez que esto suceda en los hechos, las autoridades esperan poder ayudar a la productora a que se traslade junto al ganado y la maquinaría necesaria para instalar el tambo.
“Sé que estamos jugando contrarreloj pero creo que nos da bien”, estimó Cardozo.
Ese sector del campo, que tiene un total de 2.000 hectáreas, sería apto para producción lechera y también para las visitas de clientes que recibe La Faustina. Sin embargo, Brum apuntó que esta solución no sería la ideal, porque para poder invertir y recuperar ese dinero necesitaría comenzar a trabajar en ese predio “ahora mismo”.
“Si es lo que nos queda, obviamente que lo vamos a agarrar. Nosotros lo único que queremos es trabajar”, dijo y concluyó: “La vamos peleando día a día. Te juro que la fuerza la saco de mi familia, pero es demasiada carga saber que te estás quedando sin casa y sin trabajo”.
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