sábado, 22 de julio de 2023

Latinobarómetro vuelve a colocar a Uruguay a la vanguardia del apoyo a la democracia

Los altos valores de satisfacción con la democracia que tienen los uruguayos ha sido permanentes en los últimos 28 años. Asimismo, el informe advierte “recesión democrática” en Latinoamérica. 

La advertencia para América Latina está planteada desde el inicio del informe elaborado por la Corporación Latinobarómetro en su informe de este año: “recesión democrática”. 

Con ese calificativo se titula el informe, divulgado ayer, en el que se concluye que la región está viviendo una “recesión democrática” por “el declive y la vulnerabilidad a la que han llegado los países después de una década de deterioro continuo y sistemático de la democracia”. 

Aunque, al igual que sucede desde hace varios años, Uruguay aparece como el país con los mejores registros, apenas superado en algún ítem en particular. 

El escenario regional, para satisfacción del sistema político uruguayo, dista mucho de la realidad local.

Aunque la imagen que refleja el Latinobarómetro enciende varias alertas. 

 “La recesión se expresa en el bajo apoyo que tiene la democracia, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen, preferencia y actitudes a favor del autoritarismo, el desplome del desempeño de los gobiernos, y el desplome de la imagen de los partidos políticos. Varios países están en estado crítico de su democracia, otros ya pasaron a no tener democracia”, se indica en el informe. 

En este sentido, se plantea que en aquellos gobiernos en los que se constata una “baja satisfacción con la democracia” hubo un “colapso”.

 Y como ejemplo de esta situación se enumeraron diversos elementos que “simbolizan la debilidad de las élites” en la figura de los mandatarios. 

Hubo 21 presidentes condenados por corrupción, 20 presidentes que no terminaron sus mandatos y otros que “fuerzan su estadía en el poder rompiendo las reglas de la reelección”. 

 Uno de los mecanismos utilizados en el Latinobarómetro para medir el respaldo a la democracia consiste en preguntar a los ciudadanos de 17 países de Latinoamérica con qué frase se sienten más de acuerdo. Si con “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, con que “en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”, o con “a la gente como uno, nos da lo mismo un régimen democrático que uno autoritario”. 

 Los resultados muestran que en Uruguay se registra el mayor porcentaje de adhesiones a la primera frase en respaldo de la democracia con un 69%.

 En segundo lugar aparece Argentina con 62%, seguido por Chile con 58% y Venezuela con 57%.

 El promedio a nivel de Latinoamérica se ubica en 48% y los peores niveles de respaldo a la preferencia democrática aparecen en Guatemala con el 29%, Honduras con el 32% y México con el 35%. 

 Además, Uruguay tiene el menor porcentaje de apoyo al autoritarismo con un 9%, superando a Honduras y Venezuela que alcanzaron el 12% de opiniones contestes con este tipo de regímenes. 

 El informe también se propone evaluar el nivel de satisfacción que existe entre los ciudadanos de cada país con la democracia. 

Uruguay también lidera este indicador aunque superado en el porcentaje de satisfacción por El Salvador. 

 El país gobernado por Nayib Bukele registra un 64% de satisfacción mientras que el liderado por Luis Lacalle Pou alcanza el 59%. 

 En el otro extremo, el informe revela datos preocupantes sobre el alto nivel de insatisfacción que existe en otros países de la región. 

El peor resultado se ve en Perú donde solo un 8% está satisfecho con la democracia de su país, mientras que un 87% dijo estar insatisfecho. Ecuador con 12% y Venezuela con 14% le siguen entre los que tienen niveles de satisfacción más bajos. Luego aparece Panamá con 15% y Colombia con 17%. 

 Por otra parte, se indica en el texto que “solo Uruguay tiene una reserva de demócratas insatisfechos de 30 puntos porcentuales”. 

Y agrega: “Incluso en El Salvador, que goza de alta satisfacción con la democracia solo cuenta con un contingente de 14 puntos porcentuales de demócratas insatisfechos”.

"Esto quiere decir que ya no queda capital en la sociedad para absorber los errores que cometan los gobiernos. O estos se desempeñan como la ciudadanía espera o la siguiente elección serán cambiados por otros”, concluye. 

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