viernes, 28 de julio de 2023

El justo medio: de Irán a España . Por Elena Grauert

Hablando sobre las elecciones en España y el triunfo del centro del espectro político, hay un hecho que es incontrastable y de pura lógica: terminan decidiendo minorías con intereses muy alejados de lo que en realidad decidió el pueblo.

Tanto el Partido Popular Español (PP) como el Partido Socialista Español (PSOE) deberían acordar un mínimo de plataforma y dar la gobernabilidad a lo que el pueblo está mandatando, dado que entre ellos están mucho más cerca que con los extremos que terminarán pactando. Sin duda, eso generaría un impulso, una credibilidad al sistema importantísima.

Se ahorraría la sociedad una elección, con resultados muy similares a los actuales, y además se frenaría la influencia de minorías que no tienen el apoyo de la mayoría establecida por el mandato popular. 

Sin embargo, es muy complejo lograr este tipo de acuerdos, por las famosas dos mitades. 

El alejamiento del centro ha llevado a generar nacionalismos mesiánicos, en donde se han establecido sistemas de terrorismo de Estado, como en el que relata Kiana Malek, sobre Irán, en un reportaje hecho en la Revista Galería titulado: "En Occidente está normalizado que allá nos maten". 

Kiana Malek es iraní, emigró por no poder soportar el régimen establecido, machista, misógino, de odio a las mujeres y falta de respeto a los más elementales derechos humanos. 

Dice "ser mujer bajo un régimen islámico teocrático, el que gobierna el país desde 1979" bajo el régimen de ayatollah Khomeini hasta 1989 y ahora Khamenei, "es como un martillo clavado en el piso", inamovible o casi imposible de cambiar. 

En dicha entrevista recuerda el caso de Mahsa Amini, de 22 años, que fue detenida y asesinada, por la policía de la moral, por llevar mal puesto el hiyab. Hubo movimientos de protesta rápidamente, sobre todo de mujeres que fue brutalmente reprimidos, hubo 1500 muertos por represalias. 

Ella se ha transformado en una activista por los derechos de las mujeres y contra el régimen iraní, eligiendo a Uruguay por ser un país libre, que "está lejos del mundo", es un lugar seguro dice. Es muy crítica con Occidente, cuando "normaliza que nos maten, escuchando que era un tema de cultura". Coincido 10% con ella, es un horror, cundo en aras de una "cultura" justifican o defienden esto sistemas teocráticos tan crueles. 

A esta altura de los acontecimientos, no tiene nada que ver la lucha entre oriente y occidente, ni Jesús, ni Alá. Es un régimen que ha llevado al terror, que tiene una policía moral, donde vigilan a las mujeres que incluso dentro de los autos deben "llevar bien el hiyab". 

Es un sistema anti occidental, pero sobre todo anti libertad, no respetan los derechos básicos, mucho menos los derechos humanos, pero claramente es un régimen de opresión a la mujer y a la diversidad. Hay tantas marchas por los derechos a la diversidad y a las mujeres, tantos relatores de Naciones Unidas, pero ni una voz de occidente se levanta fuertemente exigiendo piedad frente a la barbarie que sufren las mujeres en el medio oriente y sobre todo en países teocráticos. 

 Todo empezó por la lucha contra una monarquía, y terminó mucho peor porque perdió sin duda el centro, las posiciones racionales, terminaron persiguiendo el poder de espaldas a lo que quería la gente. 

El padre de Kiana , según ella relata, apoyó la revolución islámica de 1979, que derrocó a Sha Reza Palevi, cabeza de un "gobierno monárquico apuntalado por Reino Unido y USA", pero ahora está arrepentido, incluso a ella la educó para que no tuviera hijos, ni se casara joven, pero la policía moral y un sistema de control absoluto lleva a que las mujeres se casen jóvenes casi por obligación, no tengan derechos civiles, no puedan tener pasaporte, incluso en el interior las niñas de 9 años son obligadas a casarse. Los actos de defensa feminista o de LGTB, están duramente sancionados, incluso con la muerte o cárcel. 

Claramente, luego de tanta represión, como reacción al caso de Mahsa Amini, vino una enorme decepción y la pérdida de esperanza, de poder cambiar. Esto no es algo querido por los iraníes, pero gobierna el miedo, la prueba de ello es que antes las mujeres eran libres.

El régimen y un concierto internacional que favorece estos sistemas, hacen que hoy en pleno siglo XXI pueda existir una barbaridad tan grande, en un país importante, con mucho territorio, petróleo, minerales, siendo un país económicamente muy rico. 

Las mujeres de occidente tenemos un debe, dado que es un atropello que, en cada foro de defensa de los derechos a la libertad, no estemos gritando y exigiendo la liberación de miles de mujeres musulmanas que viven opresión, con mayor o menor crueldad. 

Y mucho más duele cuando se intenta justificar regímenes, por posiciones geopolíticas o ideológicas, esfumadas en argumentos culturales o religiosos. 

En la medida que existan estos regímenes, el mundo no habrá alcanzado la verdadera civilidad, la verdadera igualdad entre sexos. 

 ¿Y qué tiene que ver esto con España? 

 Todo, dado que cuando se pierden el centro, la lógica y la ecuanimidad, cuando no tenemos capacidad de razonar, cuando lo único que importa es el poder y una minoría termina mandando los designios de una nación, el peligro en la pérdida de derechos se agranda. 

 Las posiciones mesiánicas, la defensa de nacionalismos, el querer volver para atrás a un statu quo sin defensa de los derechos conquistados por mujeres y movimientos LGTB o a la inversa el pretender autonomías en un mundo que cada vez debería ser más integrado, claramente hacen perder el justo medio que es la defensa de los derechos clásicos de libertad, igualdad y fraternidad y eso es lo que en España votó la gente.

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