lunes, 19 de junio de 2023

Uruguayos campeones ! Por Elena Grauert

El fútbol es, sin duda, uno de los símbolos nacionales más importantes, de mancomunión social. La alegría del domingo por el triunfo de campeones mundiales de la selección sub 20 no es para nada menor, ya que nos coloca en el concierto mundial como un país relevante, como un caso curioso por su baja densidad de población y su alto rendimiento competitivo, confirmando su historial de campeones a lo largo de la historia, tanto a nivel de campeonatos de clubes como en el campeonato mundial de fútbol.

Fuera del fútbol, Uruguay tiene varios hitos históricos a lo largo del tiempo. Es de los primeros países donde el desarrollo de políticas progresistas y humanistas (batllistas y pre-batllistas) comenzaron a dar sus primeros pasos: la promulgación de la ley de 8 horas; la ley de la silla para las mujeres; la educación media para las mujeres con la creación del primer liceo femenino en el año 1912; la Escuela pública, gratuita y obligatoria, en 1876. Asimismo, en 1912, se fundaron 18 liceos departamentales en el interior del país y en 1919 se creó el primer liceo nocturno. También nace, en 1879, la escuela de Artes y Oficios, antecesora de la Universidad del Trabajo; la separación de la Iglesia y el Estado consagrada en la Constitución de 1919.


También la Universidad de la República nace el 29 de diciembre de 1908 aprobándose la ley orgánica de la Universidad, en cuyo consejo directivo tenía la representación de los tres órdenes, antecedente de la ley orgánica universitaria de 1958 -hoy vigente- que determinó la autonomía financiera.


Sin duda estas y otras normas de carácter constitucional, como la obligatoriedad de la enseñanza primaria, en la Constitución de 1950, y la enseñanza secundaria, en la Constitución de 1966, marcan cuál era la política de Estado en materia de cobertura social y ascenso social, siendo la educación, por definición, la política de Estado primordial de protección social de los más desvalidos.


La universalización obligatoria de la educación es lo que marca la diferencia como país, mejorando el nivel de conocimiento de las personas, haciéndolas menos vulnerables, dejándolas crecer, desarrollar sus habilidades en todos los ámbitos y, claramente, el deporte no queda fuera de esos conocimientos, siendo esto una inmensa carta de presentación del país frente al mundo.


También Uruguay se destacó en la medicina. El Dr. Fiandra fue el primero en colocar un marcapasos en el mundo; el Ingeniero Nicolás Jodal con la creación de Genexus cuando el mundo estaba todavía muy lejos del internet que conocemos hoy; o el test de diagnóstico de COVID de Gonzalo Moratorio y su equipo en el Instituto Pasteur en el 2020. Ni que hablar de las artes, con pintores como Torres García, Pedro Figari o José Cuneo. Poetas como Zorrilla de San Martin o Juana de Ibarbourou y músicos como Matos Rodriguez con "La Comparsita", el tango más emblemático y conocido mundialmente.


Es difícil explicar la razón por la cual nos hemos distinguido en el mundo, quizá el espíritu libertario de las Instrucciones del año XIII, que constituyeron las bases de nuestra primer Constitución; el proceso libertador con Frutuoso Rivera con la conquista de las Misiones, punto final de nuestra independencia; y la defensa de la Republica contra el Dictador Rosas de Joaquín Suarez, sellaron un espíritu de defensa de la autodeterminación nacional, de los valores republicanos y de la defensa de los principios universales que marcan a cabalidad nuestra razón de ser que dio el resultado de una gran clase medie emprendedora.


Pero esa cultura de responsabilidad y de perseguir un bien común, hace que hoy un titular de un diario informe que sube la ocupación en los empleos de los trabajos más calificados frente a los menos calificados. Esto demuestra la importancia del desarrollo de una política de estado global compresiva cuyo objetivo sea la educación y formación permanente.


Estos son los temas que deberían ser el "pivot" para lograr un acuerdo nacional, incentivando todos los mecanismos de formación y acceso al conocimiento de los más jóvenes, de los adultos y hasta de las personas de la tercera edad, generándose incentivos a las empresas e industrias que desarrollen políticas de formación y reconversión de industrias y de sus trabajadores. Ese es el mundo que existe hoy, no es el futuro, la calificación y el conocimiento son primordiales, la capacidad de aprender en forma continua, debe ser la política de desarrollo, integración y ascenso social, para poder seguir sintiéndonos orgullosos de los triunfos. Esperemos que los gremios y la izquierda conservadora que domina gran parte del ambiente de la cultura se den cuenta de la importancia de los cambios, ya que de lo contrario sus propuestas al quietismo en la educación y mantener todo como está, a lo único que conduce es a destruir las bases que hacen posible hoy gritar: "Uruguay campeón del mundo".

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