domingo, 4 de diciembre de 2022

En Uruguay hubo dos meses menos de clase que en países desarrollados

 

La cantidad de días de clase anuales que tienen los niños, niñas y adolescentes uruguayos es un tema de debate desde hace décadas. 

Este año el total de días en los que hubo clase en los liceos públicos estará muy por debajo del promedio de otros países del mundo, pero también de la región: 148 (se trata de siete meses y medio de clases, sin ir los sábados y domingos). 

En el caso de Ciclo Básico, los cursos se iniciaron el 7 de marzo y culminarán el 9 de diciembre; se preveía que fueran 174 días a las aulas, pero hubo 26 días perdidos por diversas medidas de paros y de ocupaciones en los liceos -en algunos centros incluso se perdieron más de 30. En el resto del mundo la situación es distinta y se refleja en la cantidad de jornadas recibiendo formación educativa que tienen los niños, niñas y adolescentes. 

Entre los países de Latinoamérica, Argentina tiene un promedio de 180 días de clase en Secundaria, Chile tiene un promedio de 185, y tanto en Brasil como Colombia el total es de 200 días. 

Al menos este es el planteo inicial, ya que no se están restando los días perdidos por medidas de paro que pudieron darse en estos países. 

Si se considera al resto del mundo, el país con mayor promedio de días de clase en Secundaria es Israel, con 205. Estados Unidos tiene 180, España 175 y Francia tiene el menor promedio con 162. 

¿Más clase? 

La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) dijo a El País que los 26 días de clase perdidos por la realización de paros y ocupaciones por sindicatos y gremios -que en algún caso asciende a 32- representan “un escándalo” e informaron que son demasiado días como para poder recuperarlos luego en otros momentos del año lectivo. 

Pero más allá de que el año 2022 se vio marcado por las medidas sindicales -contra la Rendición de Cuentas y la transformación educativa que proponen las autoridades de la ANEP-, Uruguay históricamente se posicionó entre los países con menor cantidad de días de clase. 

Es por eso que algunas autoridades y expertos en educación se preguntan si sería necesario que los alumnos pasen más tiempo en las escuelas y liceos. 

Jenifer Cherro, directora general de Secundaria, es una de las partidarias de que los adolescentes concurran más días al liceo, más aún considerando el déficit educativo que se generó por los dos años de pandemia y que requerirían, en su opinión, de un refuerzo educativo. 

Cherro considera que las clases de recuperación para los alumnos que tienen un rezago en su aprendizaje deberían durar dos semanas en lugar de una. 

“En la institución educativa nuestros chicos están contenidos en lugar de pasar horas muertas en la calle”, dijo Cherro a El País. De todas formas, también aclaró que la finalización de cursos a inicios de diciembre en el caso de Secundaria se debe a que muchos profesores dan cursos en Ciclo Básico y en Bachillerato, por lo que tienen que participar en las reuniones de profesores de ambos niveles y luego además integran las diversas mesas de exámenes. 

Julián Mazzoni, miembro del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP electo por los profesores, por su parte cree que la solución no tiene que ver con aumentar la cantidad de días de clase, sino con que haya una mayor calidad de horas de aprendizaje. 

Y en esta línea mencionó a El País las malas condiciones de las instituciones educativas en donde en algunos casos “se llueve el techo” o se pasa frío. 

Es decir, para el consejero, la base está en un mayor presupuesto. Por otro lado, criticó que algunas autoridades de la ANEP planteen aumentar los días de clase cuando la última medida de Secundarias para el fin de cursos fue que los alumnos no repitan en diciembre y que las inasistencias no afecten la promoción en ningún caso. “Es totalmente contradictorio”, opinó el consejero. 

En el caso de Primaria, la directora de Planeamiento Educativo, Ivonne Constantino, se posicionó en la misma línea que Mazzoni: “Lo que importa es la calidad del tiempo y no los días de clase”, sostuvo. 

La técnica y maestra se refirió a los cursos a contraturno que hay en febrero al igual que las 170 escuelas de verano que existen en el país. 

Sin embargo, al ser consultada si una forma de fortale-cer la jornada escolar sería aumentando las escuelas de tiempo completo, Constantino explicó que los recursos edilicios son limitados e incluso dijo que pensar en que el doble turno se convierta en algo extendido y obligatorio en un futuro, sería “utópico”. 

Para ella, la clave está en poder atender la singularidad del alumnado, que incluye la exigencia de un horario de cinco horas por día. El tiempo escolar Juan Pedro Mir -docente de pedagogía, integrante de Eduy21 y exdirector de Educación del Frente Amplio- plantea su preocupación en otra carencia del sistema que no tiene que ver estrictamente con los días de clase. 

“Lo escolar va más allá de la escuela”, afirmó el experto, y mencionó a las instituciones deportivas, las culturales y los institutos de idiomas. Mir se refirió a que los sectores populares siempre son los más perjudicados cuando se trata del tiempo escolar. 

“Lo que está comprobado es que los sectores populares tienen menos tiempo de escolarización que los sectores medios y altos, y que parten de un acceso muy menor a los aprendizajes fuera del aula por los circuitos culturales en los cuales se manejan”, declaró a El País. Ese es el gran problema según Mir y por eso piensa que Uruguay “se debe esa discusión de que el calendario escolar no sean solo los 180 días de clase”. 

La línea de acción -explicó- debería ser que la escuela articule los espacios socioeducativos lúdicos o recreativos. Cree que debería haber una política transversal entre ANEP y las intendencias, la Secretaría Nacional de Deportes y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), algo para lo que el país tiene recursos. 

“En Uruguay la privatización se ha dado en los espacios culturales y deportivos, y no necesariamente escolares”, afirmó Mir. En cuanto a las clases extras por dificultades de aprendizaje, el maestro opinó que en el afán de recuperar lo que no se hizo en el año lectivo, en febrero el sistema le está dando “una especie de castigo a los estudiantes y les transfiere responsabilidades”.

“El problema se sigue sin atacar, que es cómo se organizan los aprendizajes en el año lectivo”, expresó. Mir señaló que Uruguay es una país “que se destaca por las interrupciones y las inasistencias a clase”, con una de las tasas más altas según el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA). 

“Hay una desvalorización de las instituciones educativas”, apuntó el experto en educación. Más liceos con “Verano Ceibal” 

En febrero de 2023, 15 centros educativos de Secundaria participarán en el proyecto “Febrero en acción” y “Verano Maldonado 2023”, una innovación educativa que fue generada por Ceibal en con- junto con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y la ANEP. 

Ceibal, como agencia de innovación educativa, ha generado e impulsado el proyecto “Verano Ceibal” desde 2020, la primera experiencia de Educación Media pública en febrero. 

Esto era algo que le interesaba a las autoridades de Secundaria dado que en Primaria existen 170 escuelas de verano para atender a los estudiantes en enero y febrero. 

Desde el gobierno advierten que “Verano Ceibal” busca construir un nuevo ambiente de aprendizajes durante el verano, que prolonga el año lectivo mediante actividades que trascienden las dinámicas habituales.

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