Con la mitad del mandato transcurrido, el presidente no tiene certeza si verá concretados algunos de los objetivos que se propuso –como cerrar Tratados de Libre Comercio con China y Turquía–, pero está decidido a continuar sin detenerse.
Y con ese pensamiento como mantra, el 1° de diciembre Uruguay dará un nuevo paso al pedir formalmente la incorporación al Acuerdo Transpacífico, un selecto club de libre comercio conformado por 11 países (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) con casi 500 millones de consumidores que representan más del 13% del PBI mundial.
La decisión fue anunciada por Lacalle Pou y el canciller Francisco Bustillo este viernes en una reunión en el piso 11 de la Torre Ejecutiva en la que participaron Pablo Iturralde (Partido Nacional), Ope Pasquet (Partido Colorado), Guillermo Domenech (Cabildo Abierto), Daniel Peña (Partido de la Gente) y Fernando Pereira (Frente Amplio).
Lacalle Pou señaló que el gobierno había resuelto solicitar la adhesión tras un análisis exhaustivo que incluía tres informes –todos positivos– realizados por la Cancillería, el Ministerio de Economía y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Está pendiente un cuarto trabajo realizado por tres universidades (Udelar, UM y UCU) que estará pronto en dos semanas.
Fernando Pereira solicitó todos los documentos y el FA los analizará de forma interna antes de pronunciarse al respecto.
Más allá de señalar que había más beneficios que perjuicios, el presidente le dijo a los líderes políticos que el país tenía que cumplir con una serie de “deberes” para ser aceptado.
Según contaron a El Observador participantes del encuentro, los dos temas que mencionó fueron patentes y monopolios, aunque –según manifestó– ambos obstáculos eran “superables” y no implicaban grandes modificaciones normativas.
En particular, en el gobierno entienden que las empresas monopólicas –UTE, OSE y Ancap– actúan solo en el mercado local por lo que las regulaciones exigidas para ser parte del acuerdo no las alcanzan.
Pese a esto, tal como informó El Observador meses atrás, entre la diplomacia hay quienes piensan que puede ser necesaria una modificación de la Constitución.
En el caso del capítulo de propiedad intelectual, Uruguay tiene pendiente la adhesión al Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT). Este acuerdo supone una desburocratización que permite, por ejemplo, que si un científico alemán está viviendo en Estados Unidos y descubre una fórmula de un medicamento puede patentarlo en ese país y comenzar a producirlo para los países que integran el PCT.
Uruguay es de los pocos que aún no ha adherido y no perdería soberanía por sumarse a este tratado, pero habilitaría a que algunos medicamentos que hoy solo se realizan en el país, también se puedan realizar en el exterior.
Esto es percibido como una “amenaza” por los laboratorios nacionales, según dijo Lacalle Pou.
La presidencia del CPTPP es rotativa y en 2022 está en manos de Singapur, aunque el país depositario (lugar en el que se firmó el acuerdo) es Nueva Zelanda, por lo que el gobierno solicitará la adhesión a este último.
Actualmente el bloque analiza la incorporación de Reino Unido, una negociación que comenzó en junio de 2021.
Otros tres países han pedido sumarse: China, Taiwán y Ecuador. También hay interés de Filipinas y Corea del Sur. La lógica negociadora que viene desarrollando el bloque es la de ir con un país a la vez pero eso no significa que Uruguay quede al final de la fila porque no existe un orden de prelación.
En el encuentro, Pasquet transmitió que los colorados estaban de acuerdo con sumarse al CPTPP, pero pidió –a nivel personal– evaluar la “oportunidad” dado que en Brasil está por asumir el nuevo gobierno de Lula.
La inquietud fue respondida por Lacalle Pou, quien le dijo que el cambio de signo en el país vecino había merecido una especial reflexión y que la conclusión del gobierno era que la agenda de Brasil no cambiaba por lo que Uruguay hiciera y que el mejor momento para postular era ahora.
Bustillo, a su vez, acotó que Uruguay continuaba con su vocación aperturista, algo que no iba en detrimento del Mercosur y que incluso en este semestre de presidencia temporal el país había planteado avanzar en la creación de la zona del libre comercio del bloque.
En rueda de prensa, Pereira coincidió en la preocupación con Pasquet y dijo que Uruguay tenía que ser “muy cuidadoso” con el Mercosur porque es su “plataforma de inserción internacional”.
“Admitiendo que está en un muy mal momento, hay que fortalecerlo”, añadió y señaló que había que ver “cómo reaccionan Brasil, Argentina y Paraguay”.
Pocos días después de que Uruguay solicite formalmente la adhesión, los presidentes de los cuatro países se verán las caras en una nueva cumbre del Mercosur en Montevideo en la que es posible que el tema esté arriba de la mesa.
Las dificultades internas del Mercosur también fueron advertidas por los embajadores de Uruguay en los 11 países que integran el acuerdo cuando enviaron sus informes tras consultas formales e informales.
En esos documentos, los diplomáticos dieron cuenta que los gobiernos tomaron nota de las discusiones internas y las peripecias del bloque que han entorpecido la voluntad del gobierno uruguayo de negociar por fuera del Mercosur.
https://www.elobservador.com.uy/nota/patentes-y-monopolios-los-dos-deberes-de-uruguay-para-entrar-al-acuerdo-transpacifico-2022111821200
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