Y es que estas algas, además de ser un dolor de cabeza para la temporada turística, son un riesgo para la salud humana y la fauna.
La previsión es que este verano aparecerán en el Río Negro, el Río Uruguay y en las costas de Colonia y Montevideo. Si llegan hacia las playas del este dependerá en parte de la lluvia y la dinámica del agua.
La cantidad de cianobacterias en las aguas uruguayas “va aumentando cada año”. Son “órganos antiguos -en parte, los que dieron origen a la vida- y tienen una adaptación genética de cientos de miles de años”.
Ante un “aumento de los nutrientes, rápidamente responden y pasan a dominar el ambiente”; y después de que están en el agua, son “difíciles” de controlar.
Así lo explicó la investigadora de la Facultad de Ciencias y del Centro Universitario Regional Este de la Universidad de la República, Carla Kruk.
El gobierno lleva adelante varios mecanismos intentando frenar a las cianobacterias, señaló el subsecretario de Ambiente, Gerardo Amarilla. Se debe tener en cuenta que las siguientes medidas actúan sobre los microorganismos y no sobre las causas, es decir, que no son preventivas. No obstante, en paralelo se llevan medidas de control y se trabaja sobre otras mejoras.
Uno de los mecanismos son boyas que emiten ondas de radiofrecuencia en el agua y funcionan con energía solar. Evitan que estos microorganismos suban hacia la parte superior, donde está el sol, para hacer la fotosíntesis.
El jerarca contó que se está probando en dos lugares diferentes, pero que los técnicos plantean la interrogante de cuánto puede afectar la reproducción de otros organismos, algo que está a estudio. También se lleva un control a través de imágenes satelitales que les permite conocer unos seis o siete días antes si va a haber cianobacterias, añadió.
Otro de los métodos que se utiliza es tirar Phoslock al agua con cianobacterias, una arcilla modificada que absorbe el fósforo del que se alimentan estos microorganismos.
Uno de los sistemas que está en evaluación, que Amarilla le planteó a OSE, es la inyección de ozono y oxígeno en el agua, para eliminar las condiciones para que se reproduzcan. También se estudia el colocar determinadas bacterias para que las combatan.
Por su parte, Kruk advirtió que la “biomanipulación es un tema muy delicado”.
Kruk explicó que los métodos como el Phoslock y las ondas de radiofrecuencia son “aplicables a ambientes pequeños” y no se pueden utilizar en grandes extensiones.
La investigadora señaló que, por ejemplo, con la arcilla no se puede “estar tapando el fondo del Río de la Plata”. Además, como la “entrada de fósforo es continua, habría que estar todo el tiempo poniendo más y más material al agua, lo que es inviable tanto en cantidad como en costo”, añadió.
Por eso, entiende que la “gestión fundamental que habría que hacer es la reducción de nutrientes que llegan al agua”.
https://www.elpais.com.uy/informacion/sociedad/gobierno-define-estrategias-combatir-eventual-aparicion-cianobacterias-aguas-uruguayas.html
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