La primera vuelta, de hecho, revirtió todos los pronósticos y el distrito electoral de São Paulo, el mayor del país con cerca de 44,14 millones de habitantes y 34,6 millones de votos, el 22,15% del total, podría inclinar la balanza hacia Luiz Inácio Lula da Silva. o Jair Messias Bolsonaro.
De los dos principales candidatos a la gubernatura de São Paulo, el gran favorito en las encuestas antes de la primera vuelta era Fernando Haddad, exalcalde de la capital paulista y candidato por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, pero se encontraba claramente por detrás su oponente Tarcísio Gomes de Freitas alias Tarcísio, exministro de Infraestructura del gobierno de Bolsonaro y candidato por el Partido Republicano Brasileño (PRB).
En la primera vuelta Tarcísio obtuvo el 42,32% de los votos, mientras que Haddad se llevó el 35,7%.
De hecho, este resultado marcó un punto de inflexión histórico para el estado más rico de Brasil.
Luego de 28 años de gobierno, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) perdió las elecciones en San Pablo por primera vez en su historia, con la contundente derrota de su candidato Rodrigo García.
“Nos ha tragado la tentación del poder”, había dicho en 2019 uno de los senadores del PSDB, Tasso Jereissati, presagiando el declive de su partido, y nunca fueron palabras tan proféticas.
Con su apoyo a Tarcísio del PSDB y, por tanto, indirectamente a Bolsonaro, quien es su padrino político, una era que ha visto a muchos exgobernadores de San Pablo entre los tucanes (llamado así por el tucán que siempre ha simbolizado al PSDB) llega definitivamente a su fin.
Desde José Serra, João Doria hasta el actual candidato a vicepresidente de Lula, Gerardo Alckmin, quien, sin embargo, dejó el partido a finales de 2021, tras 33 años de militancia, para seguir el proyecto electoral del expresidente.
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