A partir del 2020, con la ratificación de la ley de urgente consideración -mucho más luego del referéndum-, los ciudadanos somos propietarios de nuestro número de teléfono y podemos cambiar de compañía según nuestra conveniencia, sin importar que el número nos pertenece, al igual que el correo electrónico.
Antel ha experimentado un aumento en las ventas y los ingresos, lo que históricamente ha significado que cada vez que compite, gana. Uruguay ha defendido sus empresas públicas y Antel ha sido un ejemplo en competitividad desde el 2004, cuando se llevó a cabo la subasta de telefonía móvil celular e ingresó la empresa "Claro" al mercado.
Esto provocó un crecimiento en el mercado de telefonía móvil para enero de 2005, con precios disminuyendo en promedio un 45%, beneficiando claramente a los consumidores.
Lo mismo ocurrió con la portabilidad. Antel creció en telefonía móvil, alcanzando el 49% del mercado y aumentando su superávit, mientras que los precios por GB disminuyeron sustancialmente, beneficiando a los consumidores.
Entonces, ¿por qué tener tanto miedo a la competencia en internet o con Starlink?
En el caso de la competencia con los operadores de cable, está claro que estos deben realizar grandes inversiones, por lo que los precios para los servicios de cable y fibra óptica serán competitivos pero nunca de "dumping", ya que para subsistir y brindar servicios, tienen una cantidad de costos de inversión inicial y de funcionamiento que la empresa pública no tiene, lo que equilibra la competencia.
Quizás los precios tiendan a bajar, lo cual es deseable y puede aumentar el consumo y el mercado, como sucedió con la telefonía móvil, beneficiando a los consumidores.
En cuanto a los servicios que se ofrecen, Antel cuenta con contenidos de calidad que compiten directamente con las empresas de televisión por abono, al ofrecer, por ejemplo, fútbol a través de Star+, lo que hace que los productos que se venden en ambos casos sean competitivos entre sí, sin que uno venda un producto relevante sobre otro, distorsionando la competencia.
En el caso de la competencia de Starlink, el servicio que ofrecen no compite con la fibra óptica en velocidad, ya que es más lento, ni en precio, dado que implica una inversión inicial de U$S 325 más una cuota mensual de U$S 56 aproximadamente, lo que equivale a unos $14000 al principio.
Sí, puede competir en zonas rurales alejadas o sin antenas de LTE, pero ese mercado es muy pequeño. Hoy en día, las empresas en esos lugares no brindan servicio o brindan un servicio por aire de mala calidad.
Es importante tener en cuenta que incluso en zonas rurales, gran parte ya cuenta con servicio por aire, e incluso Antel podría incursionar en la competencia al brindar servicio satelital en acuerdo con esa u otras empresas.
Por lo tanto, al igual que en el caso anterior, los precios podrán tender a bajar, pero nunca serán significativos para la empresa pública, pudiendo aumentar la cantidad de conexiones.
Por lo tanto, las furibundas declaraciones apocalípticas no tienen un correlato en la defensa de la población. Cuando el sindicato de Antel, Sutel, manifiesta que emitió este lunes un comunicado en el que "rechaza las recientes decisiones del Poder Ejecutivo y la Ursec, que continúan otorgando licencias para proveer datos e internet a distintos operadores de cable.
En este sentido, destacan que su inquietud no radica en el miedo a la competencia, sino en la posible destrucción de la empresa". La verdad es que no tiene el menor asidero, ya que si no tienen miedo a la competencia, lo cual se comparte, dado que Antel, como el BSE, nunca perdieron por competir manteniendo la mayoría del mercado. Luego afirman su destrucción, cuando los hechos han demostrado lo contrario. Con este gobierno, Antel ha crecido y ha tenido un superávit muy importante en ganancias comparado con los años del Frente Amplio.
¿Por qué iba a destruirla?
Lo cierto es que la izquierda está en contra porque filosóficamente no creen en la libertad, ni en el mercado, ni en la competencia. Y el mercado de las telecomunicaciones es la mejor muestra de que con libertad crecemos todos, tanto las empresas como los consumidores, debido a la baja de los precios y al aumento de inversiones.
Por lo tanto, la única verdad es que con la competencia, Antel crece.
Por Luisa Freiheit