En su análisis recogieron las experiencias de otras universidades latinoamericanas que han adaptado su expedición de títulos a "los cambios sociales que se han ido produciendo".
Recogieron casos de universidades argentinas y colombianas, según explicó a El País Germán Canale, miembro de este equipo. "Algunas universidades deciden emitir con el morfema e-, otras pueden haber decidido utilizar la 'x', y a veces optan por una estrategia contraria, que es no marcar el género en ningún título", dijo Canale.
En este sentido, El especialista explicó que utilizar el morfema “-e” se vuelve más lógico ya que se puede utilizar tanto de forma oral como escrita.
El lenguaje inclusivo genera resistencias en varios ámbitos, incluido el académico, cuyo principal argumento se refiere a que la Real Academia Española sólo reconoce morfemas masculinos y femeninos, pero para Canale "discutir el lenguaje inclusivo de género como si fuera sólo una cuestión lingüística es peligroso" .
"En términos de normatividad social, lo que todavía nos cuesta mucho como sociedad es entender que hay identidades no binarias, que sí existen, que tienen experiencias concretas que merecen ser validadas y reconocidas y que el lenguaje tiene un papel simbólico en esta validación", afirmó el lingüista Para Canale, las universidades,
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