Este recurso se utiliza para generar vapor y en el sistema de enfriamiento, y ambos procedimientos se vieron afectados. Ante esta situación, la petrolera estatal implementó una serie de acciones, con un equipo multidisciplinario propio y la cooperación de la UTE y la OSE.
“En ningún momento tuvimos que parar la operación de la refinería. Con las medidas que se están tomando estamos en una situación estable, con evaluación permanente, y apoyados por Ancap. Tomamos acciones mitigatorias para que no existan daños”, afirmó Kalamar.
La funcionaria informó que la primera medida fue ahorrar agua; luego se separaron los circuitos, de forma de reservar el recurso de concentración menor de sales para fines excluyentes; después se utilizó agua tratada por la UTE, que se transportó hasta en 17 camiones diarios.
Agregó que la empresa también adquirió y acondicionó una planta desalinizadora de ósmosis inversa del ente proveedor de energía, en servicio desde marzo, y una segunda unidad, que arribó este miércoles 31 y fue comprada a un proveedor local. Ambos dispositivos integran los activos de Ancap, con un valor de 150.000 dólares cada uno.
Asimismo, puntualizó que las exigencias para el agua que se utiliza en el sistema de enfriamiento son menores y que el líquido se transportó en barcazas. Al respecto, el gerente de Logística, Nicolás Spinelli, explicó que dos embarcaciones de Ancap, impulsadas por un remolcador, trasladan, cada cuatro días, unos 3.500 metros cúbicos de agua desde Puntas del Arenal, al sur del balneario Isla Concordia, del río Uruguay, hacia la refinería de La Teja.
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